Con la presión de lograr su primer triunfo en el Hexagonal de Concacaf, el Tri recibe esta noche al conjunto de la Unión Americana, equipo que sólo ha sacado un empate en partido eliminatorio en nuestro país
Carlos Barrón
26/03/2013 03:36
Las caras de los seleccionados son distintas a la de Chepo.
En ellas se nota mayor camaradería. Foto: Mexsport
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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de marzo.- Extraño en él, pero José Manuel de la Torre sonríe apenas se sienta frente a los micrófonos.
Para demostrar seguridad o porque de verdad está de buen humor previo al juego contra Estados Unidos, seguirá enseñando los dientes por algunas preguntas más y “ recomiendo a la gente que no silbe durante el himno del rival”.
Es un hombre que muestra constancia en su estilo que define como “seco, hosco y directo. Soy franco y a muchos no les gusta... lo siento mucho. Estoy aquí para dar resultados y no para ser cuate de la gente”.
Abrasado por la presión de un Hexagonal que ha iniciado lento para México, opina que le despreocupa el apoyo de la gente, “tengo el respaldo de los federativos que me contrataron” y le hace una flexión de cabeza a Héctor González Iñárritu, director de Selecciones Nacionales, que se ha mezclado con la prensa pero no puede pasar desapercibido por la camisa verde de la concentración que porta.
“No estoy aquí para caerles bien o para quedar bien con la gente, estamos para lograr los objetivos que nos hemos planteado desde un inicio y en eso estamos; la presión, en este banquillo de Selección Nacional va a existir siempre”, argumentó el Chepo de la Torre que seguía mostrando una sonrisa breve en cada respuesta.
Hasta que llegó el tema arbitral, el naipe que mantenía boca abajo porque dentro de su apreciación, los dos primeros compromisos -ante Jamaica y Honduras-, “han estado con una tendencia arbitral en contra y aquí nadie lo magnifica. Desde ahí tenemos que empezar a presionar todos, porque en cualquier otro país lo hacen, menos en México. No soy un hombre de pretextos pero han visto lo que ha sucedido”.
Y esa fluidez en la cordialidad se acaba cuando se le pide que lo acepte abiertamente. Ya no hay risas, ni siquiera una leve mueca de amabilidad, es la personificación del coraje.
“Díganlo ustedes, la prensa, que debe analizar los juegos porque nadie ha comentado nada de eso. ¿Quieren que diga abiertamente que los árbitros nos han afectado?, pues sí”.
González Iñárritu le apoya desde la segunda butaca del salón de conferencias y asienta cuando De la Torre confiesa que “se ha metido una protesta a la Concacaf por los trabajos de los hombres que deben hacer justicia”.
Espera entonces que la gente apoye al equipo a pesar de los problemas a los que se puede enfrentar contra Estados Unidos, convencido de que no quiere convencer a nadie de su trabajo.
“El que no acepta las condiciones de la presión en este puesto, no puede sentarse aquí”, finaliza ya sin reir.
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