domingo, 16 de septiembre de 2012

El mandatario mexicano rinde homenaje a los héroes con la tradicional ceremonia, en el 202 aniversario de la gesta libertaria

Jaime Contreras, Arturo Páramo y Atalo Mata

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1 El Presidente Felipe Calderón Hinojosa realizó su último Grito en Palacio Nacional, en compañía de representantes de los poderes de la Unión e invitados

 

CIUDAD DE MÉXICO, 16 de septiembre.- La intensa lluvia que anoche se desplomó sobre el Valle de México le trastocó a Felipe Calderón su última celebración como Presidente de la República del tradicional Grito de Independencia. A pesar de que estaba parcialmente lleno el Zócalo capitalino, y ante la gritería de miles que se apretujaban al lado de los paraguas para tratar de protegerse, de todas maneras la humedad los democratizó.
Y así, en el balcón central de Palacio Nacional, traje negro, ceñida al pecho la Banda Presidencial, el jefe del Ejecutivo arengó a las 23:00 horas en punto a todos los presentes, mientras que el cielo arreciaba su llanto:
“¡Mexicanos: vivan los héroes que nos dieron patria…Viva Hidalgo…Viva Morelos…Viva Josefa Ortiz de Domínguez…Viva Allende…Viva Galeana y los Bravo…Viva Aldama y Matamoros…Viva la Independencia nacional…Viva México…Viva México…Viva México!”. La gente que había presionado para que saliera el mandatario le coreaba.
Felipe Calderón tañó la campana de la patria que hace 202 años también hiciera sonar Miguel Hidalgo y Costilla, en Dolores Hidalgo. Entonces, la tormenta desdibujó el rostro de muchos.
La noche, pasada por agua, no invalidó la fiesta nacional de iniciación de la gesta de Independencia, que para Calderón Hinojosa inició a las 19: 00 horas exactamente. A esa hora llegó a Palacio acompañado de su esposa, Margarita Zavala, quien por cierto lucía un vestido del diseñador Macario Jiménez, azul marino en crepé con un rebozo de seda.
Acompañaron a la pareja sus hijos Luis Felipe, vestido de traje; Juan Pablo, de guayabera, y María, que también portaba un vestido de Macario Jiménez.
En el balcón central estuvieron los presidentes de las mesas directivas de San Lázaro y Senado, Jesús Murillo Karam y Ernesto Cordero, respectivamente, así como el presidente de la Suprema Corte, Juan Silva Meza.
Ahí, rodeado de sus principales colaboradores, su gabinete en pleno y amigos, familiares cercanos a la pareja presidencial, Felipe Calderón tuvo un ágape caluroso con platillos mexicanos.
De acuerdo con la versión de uno de los presentes, el Presidente bromeó con sus invitados en una esfera de ambiente dulzón, de despedida.
Sin embargo, en todo momento, Calderón mostró su buen humor y felicitó a los presentes por haberlo acompañado en esta responsabilidad de dirigir los destinos nacionales.
Mientras tanto, en el patio central, como en el Mariano, iban llegando poco a poco evadiendo la intensa lluvia los invitados de honor a una fiesta que el gobierno denominó “Gracias México”, en clara alusión al último año de gestión presidencial.
Ahí estaban Gustavo Madero, Claudio X. González, José González Morfín, Max Cortázar, Luis Felipe Bravo Mena y Emilio Álvarez Icaza, los diputados panistas, los senadores del blanquiazul, como Ernesto Cordero y, desde luego, los secretarios de Estado.
Mientras allá, en la plancha del Zócalo en menos de diez minutos se disgregaron todos los que fueron al Grito arrinconados hacia las entradas del Metro por la incesante tormenta que ya era. Adentro del Palacio, los invitados gozaban de varios cuadros dancísticos de varias regiones de la costa, de la sierra, y de los valles nacionales. Se tomaban fotografías “en recuerdo” de una escenografía que pendía del techo de un improvisado domo, especialmente puesto para el evento.
Calderón Hinojosa llegó al patio central de Palacio Nacional con su familia y departió con sus invitados, notándose la ausencia de los representantes del equipo de transición de Enrique Peña Nieto y del propio presidente electo, quien ya había declinado dos días antes la invitación respectiva. Tampoco hubo muchos representantes diplomáticos, aunque sí banqueros, empresarios y periodistas.
Todos degustaron los tradicionales esquites, el ponche de Independencia, simulando los colores patrios con jícamas, cañas y jamaica. También hubo vino, tequila, whiskey, ron y brandy.
Los juegos pirotécnicos duraron la mitad que en otros años. En 2010, año del Bicentenario, se dijo que “por la magia del Presidente”, la lluvia se había detenido diez minutos antes del Grito. Este año no hubo magia. Un viejo militar alcanzó a deslizar: “A ver si tanta agua no es un augurio malo… porque nos llueve sobre mojado”.
Entre juegos pirotécnicos, cantos... y una luz verde
La fiesta nacional pasada por lluvia. Hasta daban ganas de decirle a ese hombre disfrazado de Miguel Hidalgo que se tomaba fotos en Madero que hubiera elegido la noche del inicio de la Guerra de Independencia en primavera o invierno, cuando no llueve.
Pero así son las noches del Grito de Independencia en el Zócalo de la Ciudad de México, casi siempre lluviosas. Hasta Jenny Rivera, después de dos canciones y viendo que la llovizna arreciaba pidió paciencia a los miles que la escuchaban.
“Si ustedes no se van con esa lluvia, cómo me voy a ir yo”, lanzó la cantante mientras en la Plaza los manifestantes del #YoSoy132 que lograron colarse a la plaza también se mantuvieron frente al Palacio Nacional con sus pancartas de protesta.
La mayor parte de los asistentes al Zócalo comenzaron a arribar a la Plaza de la Constitución al anochecer. El cartel conformado por el mariachi Gama Mil, Pandora y Jenny Rivera llevó a que miles de capitalinos retaran a la amenaza de lluvia, y la espera de varios minutos en los filtros de ingreso hacia la plaza.
El comercio informal fue mantenido a raya durante la tarde y hasta cerca de la hora de la ceremonia del Grito; sin embargo, los comerciantes formaron un cerco en torno al primer cuadro que dificultó la salida de los asistentes al Zócalo.
Se calcula que alrededor de 100 mil personas acudieron al Zócalo en el transcurso del día y varios miles estuvieron presentes en la plaza durante la última comparecencia de Felipe Calderón en el balcón central del Palacio Nacional.
La seguridad ya se ha vuelto una costumbre en el Zócalo durante la fiesta del Grito. En los retenes de revisión se verificó uno a uno a los asistentes; los elementos de la Policía Federal hicieron que cada persona vaciara sus bolsillos, pasara por un detector de metales y además fuera revisado por otro elemento. Aun así, los manifestantes del #YoSoy132 se las arreglaron para introducir papel y plumones para pintar sus carteles y plantarse frente al palco de honor. Una hilera de policías federales se colocaron frente a las vallas metálicas para evitar que fueran visibles desde Palacio Nacional.
Lo que se mantuvo fue la costumbre de estrellar huevos con confeti en la cabeza de los distraídos. Cada huevo se vendió en un peso, similar al que se vende en los módulos móviles de la Central de Abasto, y a la mitad de lo que se vende uno fresco en tiendas y mercados.
En años anteriores, el Grito en el Zócalo había pasado por enfrentamientos con Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes, por la expectativa de los festejos del Bicentenario, y por la sombra de la inseguridad.
Los gritos de Calderón fueron un resumen de su sexenio. En 2007, López Obrador ordenó dirigir cuatro racimos de bocinas hacia el Palacio Nacional, y presidencia respondió con igual magnitud en lo que se conoció como la Guerra de los Decibeles que se desactivó apenas minutos antes del Grito.
En 2008, en un templete instalado frente a la Asamblea Legislativa, el tabasqueño dio el “Grito de Libertad” una hora antes de Calderón. En 2009, la seguridad en torno al Zócalo se extremó para evitar a toda costa hechos de violencia como los granadazos ocurridos en Morelia un año antes.
En 2010 se vivió una polémica por los festejos del Bicentenario y para 2011, la seguridad fue excesiva en la Plaza de la Constitución y el entorno de la Plaza, por el clima de violencia que se vivía en el país.
Para este año, mientras un sector del movimiento
#YoSoy132 daba un grito alternativo en el Monumento a la Revolución, otro grupo convocó a una manifestación contra Calderón consistente en dirigir rayos láser portátiles hacia el balcón central del Palacio Nacional durante la ceremonia, y gritar “Sin PRI” después de cada Viva México que pronunciara el Presidente en la ceremonia del Grito.
Hubo gritos, sí. Cuando apareció el Presidente en el balcón se escucharon insultos y rechiflas, y varios puntos de luz láser aparecieron en el mandatario, en la cantera del balcón, en los gallardetes. Pero la mayoría no siguió la manifestación. El aguacero contribuyó a diluir la protesta. Ayudó también que Calderón no esperó a que concluyeran los juegos artificiales y regresó al interior del Palacio a media función.
Saldo blanco
La Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal reportó saldo blanco durante las celebraciones del Grito.
Peña pide celebrar la grandeza de México
En el marco del 202 aniversario de la Independencia de México, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, señaló que estas fiestas patrias son para celebrar la grandeza de México y su potencial.
En su cuenta de Twitter el priista mencionó que los países de Centroamérica también celebran su independencia y anunció que el próximo lunes visitará Guatemala.
“Estas fiestas patrias, celebremos la grandeza de México y su enorme potencial”, escribió en su cuenta de esa red social @EPN, donde más tarde publicó: “Hoy Centroamérica también celebra su Independencia. Felicidades a nuestros países hermanos; el lunes visitaré Guatemala”.
Peña iniciará el lunes una gira por Centro y Sudamérica para tratar temas de seguridad y comercio, en su primera gira desde que fue declarado mandatario electo y antes de asumir la Presidencia el 1 de diciembre.
A unas horas de la Ceremonia del Grito de Independencia, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, señaló que uno de los objetivos de su gobierno será que los avances democráticos se traduzcan en mejoras para la población.
En el marco del Día Internacional de la Democracia, que se celebró ayer, Peña Nieto escribió en su cuenta de Twitter que “el objetivo es claro: lograr que los avances democráticos se traduzcan en mejores condiciones de vida para los mexicanos”.
Ante ello, Peña Nieto se comprometió a trabajar por una democracia de resultados que cumpla con las expectativas de la ciudadanía.
Poiré rememora inicio de la lucha
La ciudad cuna del Movimiento de Independencia recibió al secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, para dar el grito como el que inició hace 202 años la gesta.
Acompañado del gobernador del estado, Héctor López Santillana, y del alcalde Pablo González Cansino, de servidores públicos estatales y municipales, el funcionario federal recordó a los héroes que iniciaron la lucha de Independencia de México.
Después de la arenga del Grito, más de 30 mil asistentes entonaron el Himno Nacional Mexicano y las estrofas de Caminos de Guanajuato.
Por otra parte, los festejos por el Grito de Independencia en otros estados del país tuvieron un saldo blanco.
En Saltillo, el mandatario de Coahuila, Rubén Moreira, presidió la ceremonia conmemorativa del 202 aniversario del inicio del movimiento independentista desde el balcón central de Palacio de Gobierno, ante cientos de personas reunidas en la Plaza de Armas.
Por su parte, el gobernador de Hidalgo, Francisco Olvera Ruiz, dio su segundo Grito ante cientos de personas que se dieron cita en la Plaza Juárez de la ciudad de Pachuca.
En Tijuana, Baja California, sin incidentes mayores se desarrollaron los festejos patrios, cuando familias se congregaron en la glorieta Independencia para escuchar el tradicional Grito.
En Chiapas, Juan Sabines Guerrero pronunció su Grito de Independencia.

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