(Domrémy, Francia, 1412 - Ruán, id., 1431) Santa y heroína
francesa. Nacida en el seno de una familia campesina acomodada, la infancia de
Juana de Arco transcurrió durante el sangriento conflicto enmarcado en la guerra
de los Cien Años que enfrentó al delfín Carlos, primogénito de Carlos VI de
Francia, con Enrique VI de Inglaterra por el trono francés, y que provocó la
ocupación de buena parte del norte de Francia por las tropas inglesas y
borgoñonas.
A los trece años, Juana de Arco confesó haber visto a san Miguel,
a santa Catalina y a santa Margarita y declaró que sus voces la exhortaban a
llevar una vida devota y piadosa. Unos años más tarde, se sintió llamada por
Dios a una misión que no parecía al alcance de una campesina analfabeta: dirigir
el ejército francés, coronar como rey al delfín en Reims y expulsar a los
ingleses del país.
En 1428 viajó hasta Vaucouleurs con la intención de unirse a las
tropas del príncipe Carlos, pero fue rechazada. A los pocos meses, el asedio de
Orleans por los ingleses agravó la delicada situación francesa y obligó al
delfín a refugiarse en Chinon, localidad a la que acudió Juana, con una escolta
facilitada por Roberto de Baudricourt, para informar a Carlos acerca del
carácter de su misión.
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